Mamajuana: una tradición dominicana que se industrializa


República Dominicana posee muchas características sociales, económicas y culturales que la distinguen: sus playas, el carisma de su gente, montañas, historia, sus artistas, peloteros, música, estabilidad social y política. Su cultura es el resultado de la herencia africana, indígena y europea. En esta combinación de historia y destino aparece la mamajuana, un producto emblemático logrado con una mezcla de cortezas de plantas, alcoholes y miel. Un trago de esta bebida sabe a dominicanidad y los turistas han sabido valorarla a través de los años.

La aromática y dulce bebida es el resultado de la maceración o fermentación de pequeños trozos de palo de Brasil, marabelí, hojas de canelilla, clavo de olor, bejuco indio, anís de estrellas, ron, miel y vino tinto popular. Hay quienes consideran que tiene otros ingredientes secretos que le añaden algún poder extra.

La mamajuana pasó de ser una mezcla herbolaria a ser un referente de los dominicanos. Tiene sus orígenes en los taínos, quienes usaban el brebaje de las cortezas de plantas para sanar enfermedades. Con la llegada de Cristóbal Colón y los esclavos africanos se agregaron procesos y luego el alcohol hasta conocerla como es hoy día: un producto de degustación etílica que invade el paladar de los más cautos tomadores.

De acuerdo al historiador Rafael Ramírez, años atrás la bebida era consumida por un sector de la sociedad más popular y de menor poder adquisitivo, mientras que en la actualidad la mezcla ha ganado reputación, alcanzando a ser identitaria de los dominicanos. Saber Mas

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