Las cooperativas tienen presencia en todo territorio nacional, lo que significa que tienen parte en todas las actividades productivas. De las 800 que actualmente existen, se diferencian en su madurez tecnológica y de ciberseguridad.
Con base a los doce centros
regionales del Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (IDECOOP), en
República Dominicana, la evolución de estas entidades depende de su tiempo de
formación. Por eso, la falta de activación de alertas en materia de seguridad
incide en la vulneración de sus sistemas.
Según un informe elaborado por un
compendio de expertos en la industria de ciberseguridad, se espera que desde
2021 a 2025 haya un incremento del 15% anual de los costos del cibercrimen y
que para ese año podrían alcanzar los 10.5 billones de dólares anuales, lo que
supone una cifra superior a las ganancias obtenidas por todo el comercio de
estupefacientes ilegales combinadas. De acuerdo con ESET, compañía líder en
detección proactiva de amenazas, en el caso de las cooperativas, las
organizaciones criminales buscan las más aisladas o las de constitución nuevas
para incursionar en sus sistemas.
Bernabé Aguilar, gerente de ESET
en República Dominicana, explica que el mayor reto que enfrentan estas
instituciones es la falta de preparación técnica. “Actualmente se necesitan a
nivel global 3.4 millones de profesionales más trabajando en ciberseguridad y
el 70% de las organizaciones asegura que tiene posiciones en ciberseguridad sin
cubrir”.
Así se desprende del análisis que
realizaron los especialistas de ESET en el evento Amenazas y Medidas
Preventivas para el uso de la Tecnología, realizado en el hotel W&P Santo
Domingo y que analizó temas relacionados a conocer la ingenería social que los
cibercriminales usan, entre otros, para cooperativas del sector textil,
alimentos, cosmética natural y agricultura familiar, entre otras.
El ejecutivo explicó que teniendo
en cuenta el crecimiento del sistema de cooperativas en la República
Dominicana, reportado por el IDECOOP, es conveniente que se impulse el uso de
tecnología para proteger su buen desempeño y desarrollo.
Para ESET, la razón de ser de las
asociaciones debería estar ligada directamente en la confianza que sus socios
han depositado en ellas. Por lo que un fallo en seguridad, una infección por
ransomware, una fuga de datos personales o bien las críticas mal gestionadas en
las redes sociales, pueden quebrar dicha confianza.
El primer paso para proteger
cualquier negocio es identificar las vulnerabilidades a las que se está
expuesto. “En muchas ocasiones, la persona es consciente de gran parte de los
riesgos, pero quizá existen otros que no conozcas y que, en caso de
materializarse, pondrían en graves problemas a la empresa para la que laboran”,
finaliza Aguilar de ESET.
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