Ferias de empleo: una esperanza para miles de jóvenes dominicanos



Hace unos años, cuando una persona estaba desempleada iba empresa por empresa distribuyendo los currículos que había impreso el día anterior, a veces hasta tomando dinero prestado. 

Hoy, las cosas han cambiado y las ferias de empleo se han constituido en una oportunidad para atraer personas desempleadas que realmente se estén requiriendo en el mercado, ahorrando dinero y tiempo a quienes aplican en estas. 

En los últimos días, se han anunciado varias ferias, las cuales se han constituido en una esperanza para miles de jóvenes dominicanos que necesitan de un trabajo para cubrir sus necesidades básicas. 

Esta plataforma es implementada con mayor frecuencia por las universidades, agencias especializadas, zonas francas y centros de llamadas. 
Estas ferias buscan personas que se dediquen a actividades como servicios de seguridad, de mantenimientos, administrativos y hasta en el área turística. 
Una de las más recientes fue de Grupo Eulen, donde los puestos más demandados eran oficiales y supervisores de seguridad, operarios y supervisores de limpieza y de planta, jardineros, mensajeros y chóferes, donde cerca de 1,000 personas ocuparán estas vacantes. 
A pesar de que en la mayoría de ocasiones, los empleos que se ofertan en las ferias no son con altos salarios ni muy especializados, estas se han convertido en una esperanza para los jóvenes dominicanos. 
Listín Diario habló con algunas personas, con edad inferior a los 35 años, que participaron en ferias de empleo en los últimos días. Entre estos jóvenes se encuentra Franklin Montero de 21 años quien está desempleado y terminó su bachillerato, pero en el futuro sueña con estudiar Comunicación Social, aunque por el momento aplicó para una vacante de conserje. 
Lía María, de 25 años, es otra de las jóvenes que tiene la expectativa en que puede conseguir un trabajo mediante una de estas ferias, ya que desesperadamente necesita mantener a su pequeña hija. Ella vive en Haina, San Cristóbal y andaba con Yudith Manuela, de 26 años, quien es su vecina y también está desempleada. 
Otro de los jóvenes con los que conversó este medio es Manuel Acosta, de 18 años, quien reside en Quitasueño en San Cristóbal, y a pesar de su corta edad y de que es mantenido por sus padres, ya desea trabajar y seguir estudiando. Se enteró de la feria a la que asistió a través de las redes sociales. 
Manuel entiende que las personas mayores son más contratadas que los jóvenes debido a que tienen más experiencia, pero “todos debemos tener las mismas oportunidades y porque ellos tienen más problemas económicamente”. 
A sus 35 años y con tres hijos, Clari Mota está desempleada y se pone cabizbaja cuando cuenta que está estudiando Psicología Industrial y todavía no encuentra trabajo. 
Ella respira profundo al expresar que es difícil mantener a sus hijos dignamente sin poder conseguir recursos. La última vez que ella tuvo acceso a un trabajo fue en el 2019, año en el que fue despedida, pocos meses antes de la pandemia. 

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